viernes, 13 de junio de 2014

10 curiosidades sobre Hayao Miyazaki y Studio Ghibli que no conocias

Siguiendo con las publicaciones que venimos realizando, y aprovechando que se viene el Cuarto Mega Festival de Cine Anime de Formosa, queremos acercamos al lado más humano del director Hayao Miyazaki y a las anécdotas que han marcado el desarrollo de su estudio de producción
katana street
Seguramente creen conocer a Hayao Miyazaki, pero no es así. En Katana Street te comentaremos unas cosas interesantes para que lo vayas conociendo un poco mas...
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Su cine nunca ha sido comercial en Argentina como sí lo ha sido en Japón - por ejemplo, La princesa Mononoke compitió en la taquilla con Titanic en el año de su estreno, 1997, y ambas películas recaudaron una cantidad de dinero muy parecida (y millonaria), aunque ciertamente es un autor familiar para la mayoría de aficionados y un dios para quienes consumen más anime que litros de agua por día. Conocemos sobre todo sus películas más emblemáticas como lo son - Mi vecino totoro, Ponyo, Porco Rosso, Nausicäa, etc. y nos emocionamos con sus historias y su estética, pero el hombre siempre ha permanecido en un segundo plano. La discreción japonesa es proverbial. Sin embargo, Miyazaki guarda una historia asombrosa, rica y por momentos enternecedora. Aprovechando que venimos organizando un nuevo mega festival de cine anime, el que será el cuarto festival de esta saga de eventos donde se celebra el arte del anime.
Hayao se ha retirado, aunque Studio Ghibli seguirá produciendo durante muchos años, nos acercamos a su figura privada, su espacio de trabajo y sus curiosidades menos conocidas para completar un retrato sentimental muy necesario.
1. Miyazaki no escribe guiones de sus películas

Dice que no tiene tiempo para detallar lo que va a pasar plano a plano. Lo que sí hay son esbozos primarios e ideas generales que se van completando y dialogando sobre la marcha. Si el secreto para conseguir obras maestras es no utilizar storyboard ni tener la historia escrita de antemano, esta es la demostración.


2. Y no admite cortes en ninguno de sus montajes
Al dirigir su propio estudio, las películas de Ghibli se exhiben y se comercializan tal como quiere el director. Pero ese control, a priori, no es posible cuando se licencia una película para el mercado internacional, por temas de censura, restricción de edades o similares. En todo caso, eso no va con Studio Ghibli o Miyazaki: Cuentos de Terramar, de su hijo Goro, tuvo una calificación para mayores de 13 años en Estados Unidos sólo por una escena de violencia (que no se pudo cortar). Y es que después de las mutilaciones que sufrió Nausicäa del Valle del Viento en 1984 en manos de Miramax, Miyazaki se encargó de enviar un obsequio al estudio: una caja con una espada de samurái con una sencilla nota, “no más cortes”. Y nunca más los hubo.


3. Ghibli es mejor que Disney
En principio se dijo que Studio Ghibli era el equivalente a la factoría Disney en Japón, pero poco a poco el ya poderoso studio Ghibli, se fue abriendo paso internacionalmente hasta borrar literalmente a Disney  del mapa y es que es cierto. La mejor animación es la japonesa, y desde los orígenes, contrario al discurso Estado anídense, que dice cosas como que los personajes de Osamu Tezuka, están inspirados en los de Disney, también dicen lo mismo de Miyazaki, cosa que es una total mentira, además cualquiera que conozca el anime vagamente sabrá que mucho del catálogo Ghibli se ha licenciado en Estados Unidos por parte de Disney, con excepción de algunas películas, como por ejemplo "La colina de las amapolas" (2011). Según Disney, no era comercial y no iba a dar beneficios. Resulta que recaudó 61 millones de dólares.

4. Taquillazos a montones

En Japón, Studio Ghibli es una máquina de hacer dinero. De entre las 15 películas más taquilleras de la historia en el país, 8 pertenecen a Miyazaki o sus colaboradores. La más vista es El viaje de Chihiro, que recaudó 274 millones de dólares en todo el mundo, la mayor parte sólo en Japón. Más datos: en 1992, la película que había generado más dinero en Japón era E.T., hasta que la desbancó Porco Rosso. Más arriba ya se ha dicho que la competición entre La princesa Mononoke y Titanic también fue gloriosa. En esta historia, siempre ganan los buenos.


5. Problemas con los Oscar
En 2002, Miyazaki no quiso presentarse en la gala de entrega de los Oscar, en la que El Viaje de Chihiro competía en la categoría de mejor película de animación. Finalmente ganó, pero el director no recogió la estatuilla: su boicot era una forma de protesta por la invasión de Irak por parte de Estados Unidos. El Viaje de Chihiro es, además, la única película no occidental que ha ganado un Oscar y un Oso de Oro en el festival de Berlín en la misma temporada.

6. Voz de pollo

Más sobre El Viaje de Chihiro. Como estas películas hay que verlas en versión original, igual se recuerda que la voz de la madre de Chihiro era particularmente reconocible, así como gangosa. La dobladora original, Yasuko Sawaguchi, la consiguió enunciando todas sus líneas de diálogo mientras masticaba muslos de pollo frito.


7. Niños inspiradores
Chihiro, la niña protagonista de la película, estaba inspirada en una hija pre-adolescente de unos amigos íntimos de Miyazaki. Y Sosuke, el personaje de Ponyo en el Acantilado, es una representación de su hijo Goro cuando tenía cinco años.

8. Contra lo digital

Como todos los que verdaderamente son holik del anime saben que a mediados de los 90 hubo un boom de lo digital en la animación japonesa, y el concepto CG se hizo muy popular. Hoy, casi todas las películas y las series son 100% digitales, es decir, con gráficos generados por ordenador o dibujados (y posteriormente retocados) directamente en la pantalla. Pero para Miyazaki eso directamente es un sacrilegio, y sólo se permite que un 10% del metraje sea digital. Todo lo demás está hecho artesanalmente, a mano.


9. ¿Chocolate o café? una más de los yankees
Censura absurda por parte de Disney: en la versión americana de Nicky, Aprendiz de Bruja, hay una escena en la que la niña pide una taza de chocolate caliente. Pero en la versión original japonesa lo que pide es una taza de café. En Disney consideraron que no era conveniente que los niños bebieran café y cambiaron esa línea en el doblaje, lo cual también es una forma de identificar la versión censurada de la versión original.

10. Adaptaciones literarias tardías

Muchas de las películas de Studio Ghibli son adaptaciones literarias: Cuentos de Terramar, obviamente, está basada en las novelas de Ursula K. LeGuin, mientras que El Castillo Ambulante parte de una serie de libros de Diana Wynne Jones. Pero la más difícil de hacer fue Arrietty y el Mundo de los Diminutos, inspirada en una novela de Mary Norton. Hayao Miyazaki e Isao Takahata la descubrieron y leyeron hace más de 40 años, y entonces ya supieron que valía la pena transformarla en película. Pero tardaron cuatro décadas en tomar la decisión final y llevarla adelante.

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